ENSALADA

 

Dile a Kundera
que ya basta de amores ridículos,
que quiero aliñar uno de veras,
mío por entero,
con hortalizas que compro en el mercado;
que ya basta de diccionarios
para interpretar notas a pie de página,
que quiero pancartas con letras mayúsculas.

Dile también que basta de libros y citas y poemas,
¡basta!
Que me lo digan en la acera,
con el ruido de la calle,
del autobús que calienta motores,
de los músicos disecando canciones,
de las motos avanzando por la izquierda.
Que me lo digan y que lo entienda;
como en una ensalada verde
-"No, no, nada de condimentos, ni salsas, no;
tan sólo aceite y sal, para sentirlo todo"-,
donde la lechuga es lechuga,
y la cebolla, cebolla, y no me hace llorar.

Tina Vallés
(España)

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