Mientras voy recogiendo
las notas que quedaron
prendidas a la almohada
junto a tantas caricias,
promesas añejadas,
voy armando la vida.
Me sacudo el pasado
que se cuela en las tazas,
mientras plancho ternuras,
acomodo las faldas,
imagino tu abrazo
cuando lavo los platos
escurriendo locuras
que se van con el agua.

Acercame el paraguas
aquel, de los estantes,
que voy a cobijarme
de tu mirada inquieta
cuando calmás enojos
con tus negras pestañas,
mientras tejo tus canas
subiendo en barrilete
para atrapar caricias
con tu sweater de lana,
y guardo figuritas
que dejaron los chicos,
junto a aquella muñeca
arriba, en la repisa.

Guardame en tu camisa
perfumada con miel,
que si alguien me dice
que aquí dejé la piel,
le diré que lo nuestro
sabe a crema y café
tostadas con manteca
albahaca, despertares
entre sábanas blancas.
Que jugando rayuelas
alcanzamos el cielo,
preparando estofados
entre ollas y jarros
adobado de amores
en cazuelas de barro.