está la soberana atravesando
la dulce escarcha de los huesos
volcánica
y como la marea
que juega con la luna
hace bailar los dedos
por la espuma en el barro
transforma laberintos
donde la luz se esconde
provoca al universo
e incita a los fantasmas
a acariciar cornisas
a la huella que busca
su gorrión en la lluvia
alambrado que crece
y hace brotar jazmines
en las púas del tiempo
prestidigitadora
esclava del aullido
se nutre
desafiando al espacio
desierta ante la duda
hasta olvidar su sombra
en el centro del prisma
donde el ojo se pierde
así
la poesía
esquiva de mis manos
como agua que pasa