Algunas maneras de ensayar el adiós
1
Cada latido,
pendular, descalzo, regresa al universo.
2
Somos lo que no vemos.
Somos lo que ignoramos. La sombra es la única constancia
del aún estar después de haber huído.
4
Amo
el temblor radiante de mi propia intemperie.
5
La desnudez
fue siempre mi guarida secreta.
6
Costó tanto
inventarse, cavarse, mutilarse,
antes de regresar al fondo del espejo.
10
Lo importante es la sed.
Ser un mismo desierto.
13
Fascina
Este límite
Donde el haber vivido se desprende
como la piel de una serpiente.
18
Sí,
las heridas son el mejor manuscrito.
32
Envejecer es esto,
recordar vagamente la piel de los amantes.
37
Sólo creo
en los ángeles heridos,
en su examen de luz en los infiernos.
38
La duda es un extraño paraíso
donde Dios puede al fin dejar de ser eterno.
42
Amo secretamente el casos que me ama.
44
Es difícil morir.
Más difícil aún saber si estamos vivos.
© Ana Emilia Lahitte
(Argentina - 1921) |