un paso más allá de los silencios.
Supo abrirle canceles por dentro de agonías.
Reconoció en su sombra cierta luz
al pulso de campanas en horas de la siesta.
Con cuidado buscó cada signo en sus manos.
Torció las cicatrices. Almidonó de olvido
Y halló el misterio de ese bandoneón
y al pasar por los bordes de la herida
prendió cada botón de los recuerdos.
el gorgojeo azul para su nido.