Me invitaste a compartir tu historia. Escribí junto a vos varias estrofas. Jugamos a emparejar el tiempo al rodar por los días, por sábanas gastadas. Abrazamos huidas y temores, fuimos rebeldes confundidos. Tozudos compañeros de un viaje sin futuro.
Intentamos aprender y aprendernos, reconocimos gestos, caricias y miradas. Todo un camino esdrújulo de encuentros-desencuentros. Pero olvidamos cómo se hace para atrapar mañanas.
No tuvimos presente que la vida es quien decide su egoísta final.
Ahora, una copa vacía me espera cada noche donde vuelco el dolor que
se transforma en tinta para escribir -adiós-
Cierro nuestra pequeña historia, solitariamente absurda, desierta de palabras, con un sabor amargo de bronca y desconcierto. Me enojo con la brisa que me trae perfumes, con el destino que juega con mi sombra. Renuncio ante la suerte. Lucho contra el abismo que dejaste en mi cuerpo.
Te extrañarán mis manos, tan mudas, tan quebradas de buscar retenerte en la marcha furiosa.
Ya no me pedís nada. Hoy sólo tengo guerras que claman por tus brazos dormidos en la hierba.
Escribo mansamente
final de este capítulo.
© Silsh
(Silvia Spinazzola)
-Argentina-Otoño/02
|