NO PREGUNTES POR MÍ

 
 
   
 
 

En las fronteras donde el agua juega a hacer canales con las sombras, he percibido la caricia salada de tus playas. Liban su piel escrita a mordiscones hasta arañarse de dudas inconclusas. Un pedazo de pan flota en pantanos, nos mira hasta medirnos el calor de la entrega.

Nunca te has ido, siempre lo supe. En cada tarde gris, cuando moría el grito, mojé con tinta de jazmines estos dedos. Escribí para tus ojos sobre paredes blancas, sabiendo de estas notas empeñadas en continuar arqueando cielos. Puse un beso en el aire para sellar reclamos de tus párpados, mientras las lluvias azotaron su ritual sobre almohadas amanecidas en insomnios.

Siempre has estado, siempre lo supe cuando olía a piedra-barro-arena-margaritas. Cuando las aves ataron con sus hilos de luna, el rumor del otoño, al demorar escarchas sobre mis balcones. O ante el naufragio ronco desde donde pude acariciar los surcos que te habitan, esos mismos que me construyen-destruyen la impotencia de saberme sin tenerme.

Claro que no pregunto. No, no es necesario, porque los círculos de humo dibujan tus manos en el hueco fatal de este misterio.

 

© Silsh
(Silvia Spinazzola)
-Argentina-

 
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