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Me hago un ovillo con las palabras mudas al sentarme en el cordón de la vereda que imita una rayuela de adoquines con estocadas de alquitrán lustroso que indican rutas a esas palomas que picotean las últimas migas de pan esparcidas por zapatos de transeúntes apurados por llegar a donde nadie los cita ni espera en los surcos donde el destino manda para recomponer las imágenes que me dejaste colgadas en el cristal de la ventana abierta de par en par de vez en vez de ahora en más hasta alcanzar esas profundidades donde viejos recuerdos giran en caracoles sin fondo y sin destreza para elevarse entre la piel en llamas hasta dar con aquel horizonte donde aguarda el silencio enmarañado que disfruto desde este enredo a mitad de semana por donde camino segura de encontrarte siempre siempre hasta dar con la punta del ovillo.
© Silsh
(Silvia Spinazzola)
-Argentina- |
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